Tertulia

Esta obra del periodista y escritor Miguel Ángel Oeste deja a las lectoras de esta tertulia conmovidas e impresionadas, tanto que, de no saber su carácter autobiográfico, parecería un relato muy poco creíble, una ficción demasiado dura y con un resultado final imposible. Al mismo tiempo, surge la pregunta de cómo puede una persona criada en un ambiente familiar tan hostil, una ciudad decadente como era Málaga en esa época, una relación estrecha con las drogas, puede salir, redimirse y convertirse en periodista y escritor.

Se reflejan en la novela la dura realidad de la violencia doméstica, hacia la madre y los hijos, de un padre que fuera de casa es una persona respetable de la que nadie dudaría en calificar de ejemplo de vida ordenada.

No nos cuenta el autor cómo consiguió salir de esa casa, aunque deja claro que fueron la lectura y la escritura sus principales aliadas para su salvación. Su madre, sin embargo, una mujer brillante, no alcanzó ninguna meta en su vida, arrollada por el desastre del ambiente en el que vivía. La casa, en sí, que bien puede ser un personaje más de la novela, es un elemento más del desastre (algunos de los amigos del protagonista lo envidiaban por el total descontrol que tenía y que ellos veían como el paradigma de la libertad).

Comentamos la importancia que tienen los docentes en la vida de sus alumnos, aunque en este caso no se dieron cuenta de lo que le estaba sucediendo a ese niño, algo que no debería ocurrir.

Una novela, en fin, escrita, probablemente, para remover conciencias, para hacer reflexionar al lector. Nos parece muy recomendable y esperamos una segunda parte con la cara optimista de la redención.

Con este título, en nuestra opinión muy acertado, se define la obra entera. Relata las vivencias personales de una autora a lo largo de unos ocho años de su vida. Ocho años que no nos parecen precisamente muy interesantes. Incluso se llega a comentar en la tertulia que este tipo de libros, a los que nos tienen acostumbrados demasiados escritores actuales, parecen “promocionados” por unos mentores que siempre siguen la misma línea.

Es un libro de fácil lectura pero llega a ser aburrido, cuesta conectar con él. ¿Será una cuestión de brecha generacional? Nos preguntamos si esta forma de escribir perdurará en el tiempo o será una moda pasajera.

No podemos decir en esta ocasión que nos parezca un libro recomendable.

TERTULIA

Para esta ocasión nos propusimos dos obras:
“Una historia ridícula» de Luis Landero.
“Los días perfectos” de Jacobo Bergareche.
Además, dejamos pendiente en la anterior tertulia comentar “los Vencejos”, de
Fernando Aramburu. Comenzamos por esta última.

Este libro, de setecientas páginas, como le gustan a su autor, se puede resumir, grosso modo, en pocas palabras: “Toni, un profesor de instituto, decide poner fin a su vida, dentro de un año. Hasta entonces, cada noche escribirá una historia, relacionada con su vida actual y pasada”.
Sin embargo, la obra toca tantos aspectos, tiene tantos matices, que puede llenar una tertulia de varias horas. Destacamos en ella el repaso que hace de nuestra sociedad actual, en los personajes que va nombrando nuestro protagonista: el hijo, al que hacen bullyng, que se va de Okupa, que se tatúa una esvástica…, su amigo Patachula, un solitario que perdió la pierna en los atentados del 11 M, y que tiene una visión del mundo cercana al extremismo, su padre, alcohólico y profesor de Universidad, en una casi doble vida, su amiga Águeda, el único personaje tierno de esta historia, su hermano, con el que mantiene una relación prácticamente de odio, su mujer, que lo abandona por otra mujer….
Hablamos de detallismo de la obra, de lo desagradable que acaba resultándonos el protagonista, que se cree superior a todos, especialmente a su mujer y a sus compañeros de trabajo, y que merecería un estudio psicológico profundo.
Destacamos varias curiosidades: los lugares reales de Madrid que aparecen en el
texto, o que justo la mitad del libro se corresponde con los seis meses de escritura, también el título, que no tiene mucha relación con la obra, parece que se le hubiera ocurrido paseando simplemente. Y, nos queda la intriga de saber quién sería el autor o autora de los anónimos que recibe, también aquí la tertulia da para mucho.
Podemos concluir que, a pesar de sus setecientas páginas, el libro tiene una amena lectura, y, creemos que resulta muy interesante.

Aunque no ha habido unanimidad de opiniones en nuestra tertulia respecto a esta obra, en general ha gustado bastante. Cuando la vamos desgranando, nos encontramos con una novela llena de ironía y de humor, incluso dentro de lo trágica que resulta ser la final.
El protagonista es un hombre, que aconsejado por su médico, «ahora que está tan de moda la narración confesional», decide contar su historia. Un hombre sin estudios superiores (de los que opina que habría mucho que hablar), que estudió formación profesional y trabaja en un matadero, que tiene su propia filosofía de la vida, que, según él mismo dice “nunca hablo en vano”, que siente que lo han ofendido mucho en su vida, y tiene toda una teoría elaborada a cerca de la ofensa….Este peculiar personaje se enamora de una chica que ve por la calle acompañada de su tía y que pertenece a una clase social superior. No se sabe si fue el miedo a no encajar en su mundo el día que la visita en su casa, o realmente cómo fue tratado allí, lo que desencadena el trágico final de esta historia no tan ridícula.
El humor fino y la ternura de la obra, las alusiones al suicidio, las grandes reflexiones y sentencias que entraña a cerca de la amistad, el amor, la disculpa o la ofensa, la crítica social que aparece, son aspectos que destacamos en nuestra tertulia.
También se encontró una similitud con la Metamorfosis de Kafka y se señaló la unión estrecha que hay entre el autor de la novela y su obra, aunque no sea en este caso autobiográfica.
Una gran obra, sin duda, de nuestro querido Landero

Esta obra nos adentra en la vida de Luis, un periodista cansado de su trabajo y, sobre todo, de su matrimonio, a partir de las cartas que le escribe a su amante (Camila) y a su mujer (Paula) durante su estancia en un encuentro anual de periodistas en Austin.
En uno de esos encuentros, conoció a su amante, hace varios años, y cada añocompartían allí cuatro días de pasión, hasta que ella decide poner fin a la relación. En palabras del protagonista, “Esos cuatro días con Camila eran esos días emocionantes que añoraba el resto del año, y mientras los vivía no quería pensar en si era o no feliz”.
Mientras está en Austin acude al archivo HRC, descubre las cartas de Faulkner a su amante y va haciendo un paralelismo entre éstas y su propia historia.
Comentamos que nos parece un personaje un tanto infantil, o en plena adolescencia.
Hablamos de esa extraña situación que consistiría en vivir una pasión cuatro días, y el resto del año, como si no hubieran existido. Alguna tertuliana opinó que parecía una obra inconexa, casi un “corta-pega”.
No nos entusiasmó la novela, o tal vez, no supimos entender su mensaje último.

TERTULIA

Comenzamos la primera tertulia del curso comentando “Alegría”, de Miguel Ángel Carmona del Barco, que obtuvo el XXIV premio de Novela Ciudad de Badajoz otorgado por un jurado compuesto, entre otros, por Fernando Marías, Luis Alberto de Cuenca, Paloma Sánchez-Garnica y Juan Manuel de Prada.
Llama la atención que sea capaz de dar voz a una mujer con tanta habilidad que hasta el jurado pensó que el autor era una mujer.
Es un libro muy duro en el que la violencia es una constante, pero esa dureza es
necesaria para poner de manifiesto una situación real. Sin embargo, en todo momento deja un espacio para la esperanza, al final de los capítulos hay siempre una mirada poética, un símbolo, una luz. Tiene una lectura fácil, que engancha, basada en el diálogo, sin a penas descripciones, ya que al autor le interesan más la historia y la denuncia social.
Se comentaron varios aspectos concretos de la novela: con qué facilidad se mete Alegría en ese infierno a pesar de ser una mujer fuerte; patrones que se repiten de una generación a otra, como el machismo, los celos, el complejo de inferioridad de Mario; cómo el maltrato no hace distinciones entre clases sociales aunque pueda estar más presente en unas que en otras; un profesor, sin ningún tipo de prejuicios, que nunca pensó que pudiera llegar a ser tan influyente…
Una novela que consideramos muy necesaria para los jóvenes y, de hecho, se pedirá en 1º y 2º de Bachillerato de nuestro centro.

La siguiente obra fue «El Evangelio», de Elisa Victoria, finalista del XVII premio de narrativa Dulce Chacón.
En primer lugar, destaca su cuidada edición, que recuerda a un misal.
La protagonista es una mujer oscura, con una mentalidad del siglo XXI, que saca a la luz situaciones de las que no se habla. Hace una crítica al sistema educativo, que no es capaz de dar respuesta a determinadas situaciones, especialmente en un entorno religioso. Habla sin tapujos de sexo, de miedos y de inseguridades.
Es una novela que se lee con facilidad y está escrita con agilidad. Hace un retrato de lo que ve con objetividad. La protagonista agudiza mucho la mirada y observa todo (especialmente a los niños) con mucho detalle y sensibilidad. Retrata el día a día de una joven estudiante de magisterio en un barrio periférico de Sevilla a principios de los 2000, por lo que probablemente sea una novela de autoficción.
Algunas tertulianas opinan que tiene muchos estereotipos cuando empieza sus prácticas en el colegio concertado, aunque finalmente se da cuenta de que lo que valen son las personas y no el tipo de centro; que el personaje cree que lo sabe todo y que va a salvar a los niños en el mes que duran las prácticas; que se detiene en describir unas escenas de sexo que no aportan mucho. Aunque, en general, la novela ha gustado.

Tertulia


En esta última tertulia del curso 21/22 comentamos el Libro “Lugar seguro”, de Isaac Rosa, que fue premio biblioteca breve 2022.

Segismundo es un emprendedor que cree tener en sus manos el negocio del siglo: La venta de búnkeres para todos los bolsillos, que serán muy necesarios para el colapso total que puede venir. Es a su vez hijo de Segismundo, un anciano que tuvo un oscuro negocio de clínicas dentales para las clases populares, y padre de Segis, un adolescente que empieza peligrosamente a introducirse en el mundo del dinero fácil. Tres generaciones de tunantes, muy creíbles por otra parte.

En la tertulia comentamos numerosos aspectos de esta obra, que no es en absoluto sencilla aunque pudiera parecerlo en una primera impresión por tener una lectura fácil. Casi lo primero que nos preguntamos es si tenía sentido del humor, porque Jesús Carrasco había destacado esta característica de ella. Y, aunque en un principio no lo veíamos claro, sí fue apareciendo en distintos lugares de la novela ese humor un tanto negro, que la hace también especial.

Está escrita en segunda persona, Segismundo le habla constantemente a su padre, que no es muy habitual en Literatura (en palabras de nuestra experta, Goytisolo y pocos autores más lo han empleado). Le habla al padre pero es como si hablase directamente al lector permanentemente. Por otra parte, la acción transcurre en un solo día, veinticuatro intensas horas para el protagonista.

Sin duda alguna es una clara crítica social, y muestra de manera magistral, bastante objetiva y poco tendenciosamente distintos aspectos de nuestra sociedad, dejando al lector que decida qué opciones le parecen más adecuadas. En palabras de una tertuliana puede reflejar tanto nuestro presente distópico como un probable futuro cercano. El miedo que en esta época parece adueñarse de muchas personas, lo aprovecha Segismundo para su negocio, para vender algo innecesario pero imprescindible, que no puede solucionar nada pero que si se vende bien, hará que la gente lo vea muy útil, aunque realmente no haya lugar seguro para nadie.

El mundo de los jóvenes actuales y su futuro está también reflejado en la novela. ¿Habrá que preocuparse por la nueva corriente cultural y de vida “ecomunal y botijera” como la denomina irónicamente nuestro protagonista? Da la impresión de que está invadiendo nuestra sociedad y haciendo tambalearse los pilares establecidos.

Hablamos del cuidado del hijo a su padre, con mucho mérito, pero probablemente también por el interés por encontrar el supuesto tesoro que escondió, que es asimismo el aspecto que le da intriga a la novela.

Comentamos también que se trata de una novela circular, que comienza con el sótano y acaba igual. Las conexiones literarias con el infierno y el paraíso de Gante. Que bien puede ser una obra cinematográfica, que recuerda a Chirbes en su dureza o incluso a Delibes en “Cinco horas con Mario”…..

El precioso final, en el que el lugar seguro pasa de ser un búnker a ser una higuera.

A todas las tertulianas nos pareció una obra muy interesante, no hubo discrepancias, muy recomendable y un buen broche de oro para esta tertulia.

Tertulia

Nos propusimos para esta tertulia la novela Panza de burro de la jovencísima escritora canaria Andera Abreu, que ha sido galardonada con el XVI Premio Dulce Chacón de Narrativa Española que concede el Ayuntamiento de Zafra a la mejor novela escrita en castellano, del año 2020.

La historia, que se desarrolla en una aldea del norte de Tenerife (aunque no aparece el nombre de la isla en la novela), desgrana la amistad, el despertar sexual y a la misma vida de dos niñas, a una edad fronteriza entre la infancia y la adultez. Isora, más madura, y la narradora, la amiga que la idolatra y la sigue a ciegas.

No consiguió esta obra el entusiasmo de las tertulianas. Si bien reconocemos la originalidad, la frescura y la valentía de escribir este libro, no encontramos razones para el éxito inusitado que está teniendo. Traslada la oralidad canaria a la escritura, con, incluso, algunas faltas de ortografía, que no nos parecen permisibles. Es además una obra que sigue una tendencia actual de pseudoautobiografía, en la que la historia no es demasiado original.

Se opina que la autora quiere llamar la atención, destacar la sexualidad infantil, de manera reiterativa en toda la novela. Pretende además dar una visión de Canarias diferente a la que tenemos los que vamos de turistas. Por otra parte contiene una crítica social a la forma de vida actual en las islas.

No es un libro que deje a nadie indiferente, ese mérito sí lo tiene.

Tertulia

Esta tertulia fue muy especial, nos propusimos para esta ocasión esta novela del escritor Vicente Luis Mora galardonada con el Premio Málaga de Novela (2019). Nuestra entusiasta compañera Marisi decidió contactar con el autor y tuvimos la enorme satisfacción de que accediera gustoso a compartir telemáticamente con nosotros esta jornada. Por otra parte, Manu, nuestro compañero de Historia, siempre disponible para cualquier empresa que se le proponga, nos hizo un recorrido histórico, desde el Imperio Romano hasta finales del siglo XIX, para encuadrar la novela en su época y zona geográfica y ayudarnos así a entender mejor algunos aspectos de la misma.

Una vez finalizada la explicación de Manu, el autor nos hizo la introducción a la tertulia. Intentamos resumir aquí, lo más fielmente posible, sus palabras:

  • La novela no es histórica ni realista. Es arqueológica: A raíz de los vestigios aparecidos, se van sacando conclusiones de aquella época y de la actualidad.
  • La cita de apertura es elocuente, parece que nunca va a dejar de haber guerras en Europa, recordando las más recientes, Sarajevo, Kosovo, Chechenia, ahora Ucrania….Pasan los siglos y aunque parece que nos hemos civilizado, los conflictos siguen.
  • Un personaje con las ideas del nuevo régimen llega a un lugar anclado en el antiguo régimen. Había un conflicto que superaba a los personajes sin que ellos fueran siquiera conscientes, no se llevan mal, es la Historia.
  • La novela pretende tratar cómo hay estructuras previas a nosotros con las que cargamos sin darnos cuenta, hasta que vamos a otro país, vemos que hay otras formas de vivir y entonces, entendemos las nuestras. (El autor vivió en América y África tiene la experiencia de estructuras culturales, socio-históricas o religiosas que chocan con las de Europa). Un idioma común, puede “falsear” la cultura, es decir, las diferencias que realmente existen entre dos países como pueden ser Argentina con España. Todo esto representado en el papel de un personaje es muy interesante.
  • La parte más importante del libro es su estructura, la complejidad que, de forma deliberada, aparece en el mismo. La idea era escribir una novela como si fuera un poema, que tuviera métrica, matemática. Tiene contadas las palabras, en el primer capítulo hay 750 palabras, en el segundo 1500, y continúa así la progresión. La métrica acaba disciplinando las frases una a una, está construida la obra como un mecano, no puede sobrar nada. ¿Cuál es la razón de todo esto? Que el lector lo lea bien, con una cadencia que hace que fluya de manera natural (aunque sea muy laboriosa de hacer), y que se concentre en lo que de verdad importa: los personajes, sus sentimientos….

A continuación, el autor pasó a contestar las preguntas de los asistentes a la tertulia.

La primera hizo referencia a un pie de página (en la 151) en la que aparece una nota de la traductora. La explicación es tan sorprendente que nos deja a todos asombrados: Se inventa la idea de la traductora para poner en cuestión lo que cuenta Redo (personaje principal). Si Redo es una persona que miente sobre su identidad, incluso a sí mismo, no tenemos por qué creer todo lo que dice. La idea del narrador omnisciente, que todo lo sabe, pertenece para él al siglo XIX, en el siglo XXI probablemente haya que contar las historias de otra manera, como hicieron Galdós o Pardo Bazán en su momento, que cambiaron también la manera tradicional de la novela. En estos tiempos de incertidumbre (aunque la Ciencia explica el mundo no le da sentido), no le parece oportuno el narrador omnisciente, no aparece en sus obras, deben tener también los narradores sus incertidumbres. Nos aclara también que no es original suya esta idea (la de la traductora inventada), ya aparece en un traductor morisco en el Quijote. Aunque ahora, en esta novela, él no lo introduce en el cuerpo del texto sino a pie de página, como homenaje a Bioy Casares.

La segunda cuestión que se le plantea, después de reconocer el tremendo reto que supone escribir con tantos requisitos, es si existe intencionalidad en la aparente idea de que todos lo que están por encima de la Tierra, los personajes, son buenos mientras lo que está por debajo es sangre y sufrimiento. El autor nos explica que escribe con tantas complicaciones simplemente porque se divierte mucho haciéndolo. En cuanto a lo de encima y debajo de la Tierra no tiene tan claro esa diferencia, pero sí nos dice que la novela es estratográfica, de arqueología histórica, lo que hay por debajo de la Tierra está relacionado con lo que hay por arriba. Trabaja mucho también con el inconsciente, la Tierra es como los libros, una vez abierta sabe hablar. Todo lo enterrado es el subsconsciente y nos pone como ejemplo el miedo al mar, es como el miedo que tenemos a que la parte de nosotros que no conocemos sea aterradora.

Los muertos que aparecen en la novela son también el subconsciente, el terreno de Redo es el subconsciente de Europa, hay muertos de todas las épocas. Como dato curioso, hay un civil, es Federico García Lorca, un homenaje a él. Todos los soldados que aparecen estuvieron realmente allí.

A continuación se le pregunta por el mensaje de la novela. El autor dice no saberlo. A él le gusta que sus obras hagan pensar, pero no solo en una cosa. Puede ser una novela de amor, experimental, antibelicista, que trata de reflejar el pasado de Europa en el presente, de respeto a los homosexuales…Nos aclara que Ilse es una bruja en homenaje a Shakespeare y que todos los personajes tienen sus dobleces, no son totalmente buenos.

Una tertuliana opina que es sobre todo una novela de amor y le pregunta si es una frustración para él el hecho de que los lectores no notemos la arquitectura compleja de la novela. El autor no está preocupado por esa cuestión, cree que dependiendo de la formación de los lectores reconocen o no los entresijos de la obra, los guiños a la Filosofía, la Historia o la Literatura. Y una vez más nos da informaciones curiosas, por ejemplo, los nombres de los personajes no son casuales, todos tienen un significado. En el primer capítulo, la primera frase no tiene verbo, así ya va preparando al lector para que no se espere un lenguaje literario habitual. Cada párrafo del primer capítulo es más largo que el anterior, este capítulo es como un plano a escala de toda la novela. También piensa que en el tercer capítulo hay un juego de frases sintácticas que es probable que un autista sea capaz de detectar.

En cuanto al secreto de Redo, que no desvelaremos aquí, por si se da la rarísima circunstancia de que alguien lea este resumen sin haber leído la novela, nos lleva un buen rato de la tertulia. Se puede decir que nadie de los presentes se lo esperaba, excepto una tertuliana que se dio cuenta por un sutil detalle. El autor nos aclaró que había varios más que permitían deducirlo, y efectivamente, después de aclararlos él, eran evidentes. Otro juego magistral más de la obra, fruto, como el propio autor nos dijo, de su afición a observar los comportamientos de las personas. Nos dice también que éste es otro mensaje de la novela, lo fácil que es ser engañado, un pequeño detalle es capaz de cambiar toda nuestra idea de un relato.

La Portada también se comentó. Nos aclaró que se trata de un cuadro de Friedrich, pintor alemán del siglo XIX, titulado “mar de hielo”, las capas de hielo parecen un buque hundido, el barco aparece en un lateral. Es contemporáneo a la época en la que se desarrolla la novela y para el novelista refleja los estratos de la novela, un símbolo en su totalidad.

Se le pregunta también si en la página 120, en un pasaje que apela a la vida, la existencia, el amor eterno, está reflejado el autor. No lo tiene muy claro él y nos explica que un novelista empieza a escribir con una idea, pero en ocasiones ocurre algo en su interior que se refleja en su parte consciente y obtiene un resultado diferente al esperado, es como si el personaje se emancipara. Es éste un momento maravilloso para todo escritor.

Y después de dos horas, nos parecía excesivo, casi un abuso de confianza, decidimos poner fin a la tertulia. Un rato emocionante y mágico para todos los asistentes.

Tertulia

Un profesor, que por prescripción médica debe abandonar la profesión, decide recluirse en una cabaña que le ofrece un sindicato cerca de Madrid los días previos al confinamiento por la pandemia del covid19. Allí pasará los meses que dura ese proceso, conoce a Montserrat, la dueña de la tienda donde compra sus víveres y entre ellos surge un amor inesperado.

Podríamos resumir burdamente esta última novela de Vilas, que nos propusimos para esta tertulia, en esas cuatro líneas, aunque sería un injusto juicio de la misma. En nuestro club destacamos un amplio espectro de matices que contiene la obra:

  • Retrata el acotamiento de los besos: la historia de amor tiene un final, quizá demasiado pronto, en nuestra opinión.
  • Refleja el amor entre dos personas maduras, con más detalles que los apasionamientos juveniles, además del amor romántico contempla la vida cotidiana. Aunque el libro está cargado de romanticismo y de miedos y reflexiones profundas sobre el mismo. Hay una gran exaltación de la persona amada.
  • Los besos son como “el interruptor de la luz”. Se comenta que esta obra parece, precisamente, un esfuerzo por transmitir luz, el amor es la tabla de salvación en el que busca esa luz. Se compara con Ordesa, donde todo era oscuridad.
  • Por tratarse de una historia enclavada en el confinamiento, refleja también ese “momento histórico” reciente y extraño que hemos vivido, si bien desde el punto de vista del narrador que es bastante parcial. Probablemente se esperaba una historia más interiorista por desarrollarse en esas fechas.
  • Destacamos los finales poéticos de la mayoría de los capítulos, las alusiones frecuentes al Quijote (Montserrat se convierte en Altisidora), las frases, que más bien parecen versos, con gran contenido.
  • También encontramos alguna crítica a la obra, da la impresión de que no está muy estructurada sino que contiene ideas deslavazadas, aunque muchas interesantes, que resulta repetitivo, que utiliza conceptos como entropía sin mucho fundamento. Aunque se destaca que no es una novela al uso porque el autor tampoco lo es, tiene una mirada al mundo original, diferente.
  • En conjunto, ha merecido la pena leer y comentar esta obra.

Brenda Navarro nos ofrece una novela estremecedora, emocionante, sobrecogedora, realista, y al mismo tiempo tierna y esperanzadora. Dos protagonistas sin nombre, una madre, cuyo hijo desaparece en un parque, y otra “madre” que se lo lleva, le cambia el nombre y lo cría como propio. Una visión no idealizada de la maternidad, un trato a la mujer como ser humano, sin tópicos de género. Una reflexión sobre “los desaparecidos”, que se acaban convirtiendo en fantasmas que te persiguen como parte de una esquizofrenia. Una historia trepidante tratada con una habilidad magistral, unos personajes muy bien dibujados…Un final sobrecogedor.

Casas vacías, un gran acierto de título para esta primera novela de esta escritora mejicana, que ha sido una revelación en su país y fuera de él